miércoles, 20 de julio de 2011

Metamorfosis

Te conocí y eras amable, tierna, atenta, inocente, divertida, diferente. Un gusto de persona con quien tener una conversación totalmente pura, alegre.
Hubo un interludio de noches largas, alcohol, engaños, mentiras encubiertas y otras cosas de las que no me contaste.
Volvieron a correr las cortinas y ya eras otra cosa. Fría, cortante, vulgar, perdida, (arrepentida?).
Impotente fui testigo con las manos encadenadas. Pero que podía haber hecho si nunca me abriste el candado


La bola de cristal solo muestra tormentas, desde aquel día

5 comentarios:

  1. Es horrible, muy horrible toparse con esa situación.
    Me pasaron varias veces, y todavía me siento vulnerables a ellas.
    Hola Javi, volví por estos lugares.

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  2. La gente cambia de la noche a la mañana...
    detesto la sensación de impotencia que generan ciertas situaciones.

    Abrazo!

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  3. f: nooo por favor, solo me quejo y me quejo. Aunque le agradezco la mención, ahora ya tengo lectura para los proximos dias.

    valentina: bienvenida devuelta, seras, siempre y cuando no me traigas niños para cuidar

    martín: tal cual, hay experiencias que vale la pena ahorrarse, y mas con ese tipo de gente

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  4. Que gente detestable, al final no sabés cuál era la real, si la primera o la segunda, sólo te queda la duda y la sensación de que algo salió mal, pero no tenés la más mínima idea de qué fue...

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