lunes, 31 de octubre de 2011

Especial de Halloween


Era con motivo de disfraces, la noche, pero poca gente se iba a disfrazar, seguramente. Entre comentarios livianos y una serenidad extraña para la ocasión y delirando gracias como la idea de ir los tres abrazados, batiendo los brazos como alas al estilo del diablo de Dante, fue llegando la hora. Antagónicamente, sin tomar nada. No esperaba sino una velada sin sobresaltos, como de costumbre, sin mucho vértigo para evitar locuras, pero no. Verla, sin dudas, era la gran diferencia con tantas otras noches. Cruzaron los tres el pequeño limbo que utilitariamente decoraba la entrada,  y apenas cruzarlo, comenzó a crecer lentamente en él un sentimiento extraño,  en el pecho, que se propagaría por todo su cuerpo a través de las venas. Un néctar marrón claro, de dudoso contenido avivaba el fuego. Poco a poco se fue dejando llevar por los colores, los ritmos,  el ruido, todo.
Entre la gente apareció, aquella. Con una picara sonrisa y una mirada cómplice dejaba entrever que traía también alguna copa de mas. Poco le importó a él, que solo quería verla una vez más. Ya la sangre corría carreras dentro suyo, los colores bailaban, le brotaban sonrisas. Bailaba de aquí para alla, sin perderla de vista. Alguien le hablaba, pero asentía con la cabeza y volvía a lo suyo. No se olvido de abrazarla como si no hubiese mañana, como si al soltarla se fuese a desvanecer y la realidad volviera a ser ilusión, no, esta vez no. Algunos flashes, algunas risas, y allí estaban los dos compinches de al principio, prontos para irse, también habían tenido lo suyo.
Nunca el tiempo voló como esa noche, nunca se sintió tan bien, siendo tan distinto de si, nunca estuvo tan hermosa,  una noche entre tantas otras, tan distinta, tan extraña, parecía como si hubiese sido obra de brujas.

jueves, 13 de octubre de 2011

En casa


Siempre encontré problemas para definir ese sentimiento de estar  “en casa”. Por algún motivo u otro en mi vida me mudé más de 10 veces, y eso que todavía no llego a los 20. No me dio el tiempo de echar raíces en algún lado, de sentirlo propio, de conocer cada detalle al punto de poder recrearlo de forma casi perfecta en una tarde melancólica. Llegó el punto en el que cambié de ciudad, y perdí por completo mi vínculo con la ciudad que me vio crecer. Al principio me emocionaba la idea de al fin estar en una ciudad “grande” y con ganas de empezar devuelta, y poder acostumbrarme a la vida capitalina. Poco a poco, cuando más seguro me creía, cuando realmente veía que tenía asimilada esta nueva casa en la que me encontraba, comenzó a suceder  algo extraño. A la misma vez que asimilaba y aceptaba mi nueva vida, añoraba y extrañaba mi vida anterior, mi ciudad anterior. Y más allá de que nunca tenga en aquella ciudad un punto exacto, geográfico en el cual este en mi casa, creo que el entorno en si fue el que me cautivo, sin saberlo, al punto de que, creo yo, puedo llamarlo mi hogar.

miércoles, 5 de octubre de 2011

Jazz Charrúa

Hace como un año y medio, cai de rebote invitado a un toque de jazz, tocaba el hermanode un amigo de mi viejo. Freddy Ramos, Ritual es la banda. Poco conocida por estos lados ya que creo que los integrantes son todos de afuera. Pase todo el recital hipnotizado por la maravilla que estaba escuchando.
Algún material consegui para compartirles, pero es poco lo que hay a mi alcance (osea, pirata). Acabo de subir al tema, si a alguien le interesa le puedo conseguir el disco entero para la proxima entrada. Esperando no ir preso por pirateria y sin mas preambulos,

Song for Iemanja - Ritual