Nadie llega a
comprender la realidad en su totalidad, es un todo demasiado amplio y complejo
para dominarlo. Pero si transitarla es una obligación, más vale hacer el
intento. Entonces uno comienza, bloquecito a bloquecito a construir su propia versión,
su propia lógica, su propia realidad.
Día tras día corre una brisa, que hace temblar la torre, los
bloques en sí mismos también se mueven, pues están hechos de otros bloques, de
otras torres, de otras realidades. Hasta que llega el punto en que cae uno,
dos, diez, casi todos.
Y uno vuelve a estar perdido, desorientado, pidiendo
explicaciones ante tal falta a la lógica normal que traía esa torre, y cierra
los ojos, para no ver más, y guarda sus
alas, para dejar de recorrer el mundo, al menos por un tiempo.
Pero es encerrado en ese doloroso afán de querer retroceder,
las cosas a lo que eran, que uno siente una mano, que le palmea la espalda,
otra que le seca las lagrimas, y otras tantas, que juntan los bloques y
levantan la torre, otra vez desde cero, rodeándola para que nada la
golpee, hasta que esté fuerte, para
volver a salvaguardarlo solo, como antes,
pero esta vez, con las bases más firmes, y a prueba de mas golpes.
Nota: Antes de escribir, me saqué el sombrero.
y quien dijo que hay una lógica en este mundo?
ResponderEliminar(disculpe, se ve que hoy me picó el cinismo)
abrazo
Creo que la clave es saber lidiar con los golpes, curtir el cuero, como decía mi abuelo.
ResponderEliminarSalud!
Malditos neutrinos! Tranqui con eso Javi, que tomar las medidas para corroborar los resultados les va a llevar 5 años, de mientras podemos seguir con nuestra realidad... Si hablabas de otra cosa, tenés razón, sea lo que sea!
ResponderEliminarNo hay peor tortura que la memoria, que nos castiga evidenciando el cambio que no siempre queremos ver
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